Aires de Duke Ellington

Duke Ellington tuvo una educación musical limitada y dispersa, y nunca pisó un conservatorio. Su madre cantaba en casa con una bella voz de soprano y su padre era aficionado a la ópera italiana. Viendo que el chico tenía disposición para la música le buscaron una profesora particular, pero él confesó años después que sus faltas fueron más numerosas que sus asistencias, porque le gustaba mucho jugar al béisbol y más todavía acudir a los billares en los que nunca faltaba un pianista de ragtime.Desde muy joven Duke Ellington se movió entre esos dos mundos, el de la clase media formal y muy religiosa y con grandes ambiciones educativas, y la tentación de la vida nocturna, de los clubes y los billares en los que se juntaban la música, los gánsteres, los pequeños estafadores, los contrabandistas de alcohol. Era una clase media que a las injurias de la segregación respondía con el ejercicio de una formalidad inamovible, con una insistencia casi exasperada en los valores que desmentían cada uno de los estereotipos sobre los negros, su infantilismo, su pereza, su presunta sexualidad agresiva, su propensión a los impulsos instintivos. La madre de Ellington era hija de un esclavo, pero nunca se le habría ocurrido reivindicar ese origen. La manera de ser aceptados no era exhibir heridas ni reclamar ruidosamente derechos, sino imponer día a día, con una paciencia sobrehumana, la propia dignidad enfrente de la marginación, criar hijos que llegaran a ser médicos, profesores, jueces, que se comportaran en cualquier circunstancia con una urbanidad superior incluso a la de los blancos.

[...]

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11 Comments

  1. María Regla Pérez
    Enviado el 01/02/2014 a las 10:19 AM | Enlace permanente

    By and large, jazz has always been like the kind of a man you wouldn’t want your daughter to associate with.
    • Nat Hentoff: At the Jazz Band Ball: Sixty Years on the Jazz Scene
    http://youtu.be/jpsB3rEdpoI
    Nunca es tarde para corregir a quien fue educada de manera tan arcaica que aún no sabe distinguir en la mirada de un hombre lo que es amor y lo que es codicia.
    Amor o codicia, Elvira Lindo [El País, 19 de enero de 2014]

  2. Pedro J. Ortiz
    Enviado el 01/02/2014 a las 1:50 PM | Enlace permanente

    Ciertamente. Cómo habría sido asistir a uno de esos conciertos!

  3. MdlMar
    Enviado el 01/02/2014 a las 5:09 PM | Enlace permanente

    ” … los impulsaba … ”

    ” [...] ¿La recuerdas, Antonio? Los ojos, chispos; los rizos, negros; la boca, siempre, y la cintura como el pecado original. Se sentaban, generalmente, en el mismo sitio, junto a la chimenea –mamá, Amelica y ella– en las butacas del comedor. Nosotros en las sillas. Todo empezaba en orden: la mesa de nogal interminable, los reposteros, la bienvenida, la cristalería y nosotros, sentados y de pie, sin atrevernos a respirar. La visita daba comienzo con nevadina, merengues y lástimas: —Sí, buena cara, y ayer me dio un supitipango que me tuvo traspuesta más de un cuarto de hora, y otra copita y el frú-frú de la tela y el cuerpo, y el domingo que comenzaba a dar vueltas como un tiovivo porque Amelica suspiraba pidiendo para medicinas, y Amelia suspiraba corroborando la salud de su madre, y nosotros suspirábamos corroborando a Amelia. Esto se llama la corroboración, pero lo cierto es que el domingo, entre el mundo y nosotros, estaban ellas solas: Amelica y Amelia.
    Lo vivo y lo pintado. (…) Y nosotros mirándolas, y la verdad es que mirábamos, sin darnos cuenta de ello (…); y siempre se nos dice que nadie sabe lo que quiere, pero nosotros sí lo sabíamos: nosotros éramos Antonio, Pepe y yo, que nos pasábamos la semana soñando que vinieran Amelica y Amelia, y ya estaban allí, silabeantes, insistentes, como si nos pegasen un tafetán sobre los párpados para que nunca más cerrásemos los ojos, y: —Anda, vete a jugar con los niños, y apenas pronunciadas estas palabras comenzaba a vivirse el milagro, y todo era domingo, y la tristeza no dura más de una semana. (…)
    La azotea era la tierra prometida, pues lo abierto hace al hombre como el sol hace al día, y al llegar a lo más alto de la casa, se nos juntaba el corazón en un mismo latido, y todo era verdad, [...] ”

    Luis Rosales
    “El contenido del corazón”
    ‘La visita’
    ” La casa encendida.
       Rimas.
       El contenido del corazón ”
    Edición de Noemí Montetes-Mairal y Laburta
    Cátedra — Letras Hispánicas (2010)

    ” [...] La luz azul vuelve a iluminar la preparación y las mitosis inmóviles, coaguladas por el formol, tienen toda la apariencia de la voracidad. ‘No te vayas, Amador, todavía o he acabado yo.’ ‘Bueno.’ ‘Tú tienes la obligación de estar conmigo o con cualquier otro investigador hasta que nos vayamos  hasta que concluya la investigación.’ ‘Bueno.’ ‘No te vayas a creer la monserga esa de la jornada legal.’ ‘No, señor.’ ‘Yo sigo buscando las mitosis.’ ‘Vaya.’ ‘Hasta que no puedo más.’ ‘Oye’, digo. ‘Diga’, dice. ‘A ver si le dices al Muecas que traiga sus ratones y que yo veré si son los de la cepa y que tal vez se los compre o que tal vez le denuncie por robo.’ ‘Son las fetén.’ ‘Pues que venga, y pronto.’ ‘No vendrá.’ ‘¿Por qué?’ ‘Por lo de la denuncia del robo; ya antes le echó el Subdirector. No es la primera vez. Antes fueron gatos. Cuando les metían los alambritos en la cabeza y se olvidaban y él iba y los vendía otra vez, hasta que al ir a meterles los alambritos se encontraron con los viejos todos oxidados. Claro que lo de las mitosis, es peor, porque se te mueren hagas lo que hagas. Pero los gatos aguantan como fieras, aunque se ponen nerviosos. Le mordieron al Muecas y a la hija casi le saltan un ojo. Pero aguantan.’ ‘Bueno, dile que venga.’ ‘No vendrá. El Mediodoble cree que se fue a las Américas. Si lo vuelve a ver, lo hunde. No viene nunca desde que dijo que había emigrado.’ ‘¿Y cómo se llevó entonces mis ratones?’ ‘No, si la pareja se la di yo. Pues claro. ¿Y si no, cómo iba a saber que eran los fetén?’ ‘Vaya.’ ‘Además, entonces había muchos. Morían como ratas todos los días. Es cuando los perros del polivinazo estuvieron tan lucidos.’ ‘Te daría propina don Óscar.’ ‘Pues claro.’ ‘Oye’, digo. ‘Diga’, dice. ‘Iremos mañana a su chabola.’ ‘Qué contento se pondrá.’ [...] ”

    Luis Martín-Santos
    “Tiempo de silencio” (1961, 1980 y 1985)
    Seix Barral, 1985

    La Mente me abre el mundo ante los ojos ávidos
    y ella me hace inmortal, puesto que yo la ordeno
    y, más acá o más allá del mal,
    el tiempo es uno y por mi orden dura.
    Por lo cual hombre soy . . .

    (…) Cuando nos referimos al clasicismo de una obra, cuando decimos que la obra de un actor es ‘clásica’, podemos, si no precisamos más, referirnos a dos conceptos singularmente distintos que resulta conveniente clarificar. Por un lado, de una manera amplia en la que casi todos convenimos, entendemos por ‘clasicismo’ aquel contenido de forma y fondo que otorga a una obra un valor permanente. Aquellas características que por incidir en los valores fundamentales del hombre y su condición quedan al margen de las contingencias del tiempo y de la moda. Esta acepción de clasicismo incluye a los grandes artistas, aunque alguno de ellos se inscriba en el romanticismo histórico.
    Por otro lado, entendemos también como ‘clásico’ un específico talante que se opone a romántico. Nos referimos, pues, ahora, no a la perdurabilidad de una obra y de un autor, sino a una actitud profunda de la personalidad creadora que conlleva cualitativas diferencias. García Morente define, de una forma que me parece precisa y esclarecedora, las tres características que, según él, distinguen a las dos mentalidades. Dice que, en primer lugar, en el clásico se da el predominio de la atención a lo diverso y diferencial sobre lo común y general. En segundo lugar, una clara intuición de las jerarquías dominantes en las distintas formas de la realidad. Y, finalmente, el respeto a la objetividad. Estas tres notas diferenciales, síntesis profunda de lo que distingue lo clásico de lo romántico, determinan la realidad de dos mundos mentales, emocionales, existenciales y estéticos. [...] ”

    Esteban Padrós de Palacios
    ” El clasicismo de J. V. Foix, 
    ‘investigador en poesía’ ”
    Ámbitos Literarios | Premios de las Letras Españolas
    Anthropos — Editorial del Hombre (1989)

    ” … cada uno con una voz particular … ”

    ” [...] Novelar es contar, pero cambia lo escrito cuando quiere. Hace figuraciones y desfiguraciones porque no tiene leyes preceptivas. No tiene leyes que lo limiten, y a fuerza de imaginación, a fuerza de pasarse de la raya, pudo inventar y volver a inventar la novela moderna.
    Esto es lo cervantino: la imaginación. Y con arreglo a lo que sabemos, inventar divirtiéndose con todo. Se divierte bromeando con la técnica de la novela, bromeando con sus personajes, bromeando con sus lectores y bromeando consigo mismo. Por ello en su novela no hay nada puntual, nada definitivo, nada que pueda sostenerse críticamente. En el Quijote todo está en suspensión, todo es complementario, todo se opone sin contradecirse, todo está hecho y por hacer. Hasta los incidentes que constituyen la trama de la novela campan por sus respetos y están en libertad. Desde luego pueden cambiar, pero cambian con arreglo a una ley: son variaciones sobre el mismo tema como una fuga de Juan Sebastián Bach. Pongamos otro ejemplo en cierto modo por broma y en cierto modo por venganza, Altisidora y la duquesa meten de noche varios gatos en la habitación del caballero. Los gatos están furiosos porque llevan cencerro ql cuello y van atados por las colas. Como el diablo todo lo añasca, un gato ataca a don Quijote y le causa tales heridas que le hacen guardar cama cinco días. ¡Ni que el tal gato fuera un tigre! Está claro que Cervantes bromea, pero además, anticipándose a lo que puedan pensar los lectores, vuelve a escribir, después, que guardó cama seis días. No quieres caldo, tres tazas. En la obra de Cervantes, hasta los números pierden su acostumbrada seriedad. Los cinco días de marras se convierten en seis por vía de encantamiento y aquí no ha pasado nada. Las cosas que se afirman en el Quijote no se confirman nunca. No necesitan confirmación. Por no necesitarla, dijimos que el Quijote parece una novela en libertad. De manera evidente nos causa esa impresión. Nimlas palabras, ni los juicios, ni los hechos narrados en ella tienen carácter definitivo. Todo queda en el aire porque Cervantes no constriñe a nadie. Diríase que Cervantes no utiliza sus poderes de autor, y la novela se queda siempre en un vaivén figurativo y desfigurativo, en un vaivén genial e inocentísimo, entre lo que se dice y lo que es. Va haciéndose novela a su manera. Por eso está tan viva que nos parece inacabada. También en esto se anticipó Cervantes a su tiempo. El argumento del Quijote exige en todo instante la participación de sus lectores. [...] ”

    Luis Rosales
    Discurso en la entrega del Premio Cervantes 1982
    Ámbitos Literarios | Premios Cervantes
    Anthropos — Editorial del Hombre (1990)

    ” [...] Yo había vivido en ese lugar [...] ”

    AMM
    “Sefarad” (2001)
    ‘Eres’
    Edición de Pablo Valdivia
    Cátedra — Letras Hispánicas (2013)

    ” [...] Y habiendo andado como dos millas, descubrió don Quijote un grande tropel de gente que, como después se supo, eran unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia. Eran seis, y venían con sus quitqsoles, con otros cuatro criados a caballo y tres mozos de mulas a pie. Apenas los divisó don Quijote cuando se imaginó ser cosa de nueva aventura; [...] ”
    (Capítulo IV. ‘De lo que le sucedió a nuestro caballero cuando salió de la venta’)

    ” [...] Se puede no prestar atención a la música, pero está sigilosamente en el aire, en el aire sonoro, como dice Daniel Baremboim, las suites inglesas de Bach tocadas al piano por Andras Schiff, y nos rodean y las respiramos con él, en el salón decorado con muebles, cuadros y alfombras españolas, con cruces y cálices coptos que al cónsul le recuerdan su primer destino en Etiopía. [...] ”

    [(...) Mi amiga Beverly Brown, nieta del trombonista Lawrence Brown, que tocó muchos años en la orquesta de Duke Ellington, me había guiado una noche por las calles recónditas del West Village ---estrechas, sigilosas, adoquinadas, con acacias en las aceras y glicinias trepando por las fachadas, enredándose a las escaleras de incendios--- llevándome a un pequeño club (...)] ”

    AMM
    “Ventanas de Manhattan” (Seix Barral, 2004)

    Cuando fluyen así las letras haciendo que calen los sentidos desde las pupilas, parece fácil caer en una convicción tan magistralmente etérea como la que nos regalas en este Ida y Vuelta con Aires [inmortales y libres] de Duke Ellington.
    Es increíble: …los pies descalzos bailan solos :)

    ” … en el que fue posible que esa música llegara a existir … “

  4. Maties
    Enviado el 01/02/2014 a las 7:26 PM | Enlace permanente

    Gracias, Antonio, por este gran resumen de la vida y obra del Duke. Tuve la suerte de asistir un concierto suyo en el Auditórium de Palma y sólo puedo decir que el virus del amor al swing que ya incubaba estalló con fuerza y ya no me abandonó nunca. Más o menos lo que cuenta Montand en su homenaje a Ellington. “Ellington 1941″:

    http://youtu.be/wM__izCSN4c

  5. Enviado el 01/02/2014 a las 7:32 PM | Enlace permanente

    Graaacias por ahondar y mostrar a Duke Ellington! de unos meses a esta parte viene siendo uno de los colores que mas uso para colorear las crónicas de la imaginación, reescucho the cotton club de arriba abajo… lo uso vuelvo a usar, suena de sintonía y siempre parece nuevo y siempre parece que siempre ha estado ahí

  6. Enviado el 01/02/2014 a las 7:37 PM | Enlace permanente

    https://soundcloud.com/frecuenciafundamentalind/por-qu-a-las-alas-le-salen

    yo me lo imagino tocando entre cuatro olivos que hay en la plaza de mi pueblo cerca de donde están las hadas de berlanga

  7. Esther de Arozarena
    Enviado el 02/02/2014 a las 2:24 PM | Enlace permanente

    ¡Qué bueno estar por fin en casa y leyendo a AMM! No es que haya vivido una aventura en el Himalaya o una odisea en el espacio pero…ayer me perdí en la T4 de Barajas y la sensación de agobio fue pavorosa. Cuando por fin llegué a mi puerta de embarque y la azafata de tierra me dijo que mi vuelo estaba cerrado, absurdamente me eché a llorar. Quizá porque faltaban aún 20 minutos para el despegue y no hubo ni un atisbo de empatía en la empleada.

    Fue un día muy “acontecido”, porque también me di cuenta entonces de que había perdido mi smartphone. Así que cogí un taxi y regresé a Madrid, dispuesta a pasar una noche extra y de incógnito en esa gran ciudad. El chófer fue mi bálsamo y mi aliado. Una dama llorando es una dama llorando, debió pensar. Todo el trayecto estuvo restando importancia a mis desgracias y distrayéndome con su charla banal. Su “Buenas noches, señora y que descanse”, al dejarme en la puerta del hotel, me produjo esa felicidad tan limpia y reconfortante que solo podemos encontrar en la amabilidad de los extraños.

  8. Nievesdl
    Enviado el 02/02/2014 a las 9:50 PM | Enlace permanente

    Cabreada por el curso de jazz.

    “Dear students,

    I apologize for the confusion regarding the video takedown time. The videos were taken down slightly after 11:30 UTC today, February 2. This is the time that was specified on the course info page. Unfortunately, our Google calendar stated that the takedown time was 11:30 PM (23:30) UTC. I take responsibility for the confusion, and offer my apologies. We will look into the possibility of reposting the videos for 12 hours next weekend, and will let you know about this on the course info page. In future weeks, we will take down the videos at 23:30 UTC each Sunday. Again, my apologies for the confusion.

    Sincerely, Prof. H”

    Vamos, que como se equivocaron en 12 horas, me he perdido las clases de historia del jazz, instrumentos de la banda de jazz, refinando los hábitos de escucha y la era Hard Bop.

  9. MdlMar
    Enviado el 02/02/2014 a las 10:58 PM | Enlace permanente

    ” … como es el mundo del jazz … ”

    ” [...] Hiciéronlo ansí: diéronle de comer, y quedóse otra vez dormido, y ellos, admirados de su locura. [...] ”
    (Capítulo VII. ‘De la segunda salida de nuestro buen caballero don Quijote de la Mancha’)

    ” [...] Así que Nancy echa a andar, alejándose de la calle principal. Ha recordado el nombre del médico al que busca, como suele ocurrir cuando el momento crítico queda atrás . . .

    ” [...] y casi siempre la música, aquella pintura le hacía entender la posibilidad moral de una extraña e inflexible justicia, de un orden casi siempre secreto que modelaba el azar y volvía habitable el mundo y no era de este mundo. Algo sagrado y hermético y a la vez cotidiano y diluido en el aire, como la música de Billy Swann cuando tocaba la trompeta en un tono tan bajo que su sonido se perdía en el silencio, como la luz ocre y rosada y gris de los atardeceres de Lisboa [...] ”

    AMM
    “El invierno en Lisboa” (1987)
    Seix Barral, 2006

    . . . Entonces oí a mi madre sorbiéndose la nariz y sentí que me soltaba. Su bolso se abrió con un chasquido. Al ir a coger algo, dejó de agarrarme la mano y quedé libre. Oí sus sollozos. Me había soltado para atender sus lágrimas y sus moqueos.
    Miré directamente hacia el ataúd y vi a Sadie. [...] ”

    Alice Munro
    “Mi vida querida” (2012)
    ‘A la vista del lago’
    ‘El ojo’
    Traducción de Eugenia Vázquez Nacarino
    Lumen, 2013

    ” [...] Aquella noche, Tom y Huck se prepararon (…). Rondaron por las cercanías de la posada hasta pasadas las nueve, vigilando uno el callejón y el otro la puerta de la posada . . . 

    ” [...] La noche era oscura, con ráfagas de aire tibio. Arnoux andaba despacio, hablando de las Galerías del Comercio; una serie de pasajes cubiertos que conducirían hasta el bulevar Saint-Denis al Châtelet, especulación maravillosa en la que tenía muchas ganas de entrar; [...] ”

    Gustave Flaubert
    “La educación sentimental.
    Historia de un joven” (2005)
    Traducción de Hermenegildo Giner de los Ríos
    Debolsillo, 2011

    . . . y Huck, abandonando la guardia, fue a cobijarse en un tonel vacío, al filo de las doce. [...] ”

    Mark Twain
    “Aventuras de Tom Sawyer”
    Versión directa del inglés y prólogo 
    por María Alfaro
    Aguilar, 1957

    ” … el equilibrio inestable entre la composición y la improvisación … ”

    ” [...] Orillábamos el paredón del ferrocarril; por Sarmiento llegamos una vez hasta los desmontes del Parque Centenario. Entre nosotros no hubo amor ni ficción de amor: yo adivinaba en ella una intensidad que era del todo extraña a la erótica, y la temía. Es común referir a las mujeres, para intimar con ellas, rasgos verdaderos o apócrifos del pasado pueril; yo debí contarle una vez lo de los espejos . . .

    ” … creó una sonoridad … ”

    Cada día 
    me acerco más a mi esqueleto.
    Se está asomando con razón.
    Lo metí en buenas y en feas sin preguntarle nada,
    él siempre preguntándome, sin ver
    cómo era la dicha o la desdicha,
    sin quejarse, sin
    distancias efímeras de mí.
    Ahora que otea casi
    el aire alrededor,
    qué pensará la clavícula rota,
    joya espléndida, rodillas
    que arrastré sobre piedras
    entre perdones falsos, etcétera.
    Esqueleto saqueado, pronto
    no estorbará tu vista ninguna veleidad.
    Aguantarás el universo desnudo.

    Juan Gelman
    “Verdad es” (el último poema de Juan Gelman)
    Entregado a Joaquín Sabina en México
    El País, 16/enero/2014

    . . . Sin vacilar, hundió el brazo en la ennegrecida campana y sacó el cuchillito de mango de asta que había escondido ahí, [...] ”

    Jorge Luis Borges
    “El hacedor” (1995)
    ‘Los espejos velados’
    ‘El cautivo’
    Debolsillo, 2012

    Aires que envuelven mientras van aleccionando.
    Qué más se le puede pedir a un weekend mágico a la par que rítmicamente seductor :)

  10. Enviado el 03/02/2014 a las 12:41 AM | Enlace permanente

    .
    Maties,

    Qué suerte tuviste. Quizás de aquel concierto te quedó esa templanza musical.

  11. Maties
    Enviado el 04/02/2014 a las 7:45 PM | Enlace permanente

    antoniomm,

    ¡Es la primera vez que alguien me atribuye esta virtud cardinal en una parcela de mi vida! Quizás mi ánimo musical esté templado por los efluvios de dos salas de música históricas, ya desaparecidas, que se encontraban a pocas decenas de metros de mi actual domicilio: Tagomago (donde actuaron Louis Armstrong, Maurice Chevalier, Lionel Hampton, Shirley Bassey… pero, ¡ay!, yo no estaba allí) y el club de jazz de reminiscencia ellingtoniana Indigo, promovido por el yerno de Graves, el músico Ramon Farrán, donde recaló algunas veces su ilustre suegro, y donde actuaba cada año, sin faltar, el gran Javier Krahe.